Su «Tormenta de arena» hizo soñar a infinitas adolescentes con querer ser la Babi de Tres metros sobre el cielo en el ya famoso «momento discoteca» de la película de 2010. El sábado tal vez Dorian no convirtió al público asistente en adolescentes infinitas, pero sí pareció hacerles olvidar el frío de febrero en el Parc de la Mar de Palma.
Dicho fríamente y a ojo fueron unas 3.000 personas las que se juntaron al calor del segundo de los tres días del On Season Fest. Fue el de mayor asistencia de todo un fin de semana en el que se ofrecía gratis una programación de muy buen nivel artístico y popular. Antes de los barceloneses, los valencianos La Habitación Roja y los mallorquines The Prussians caldearon escenario para el cabeza de cartel de esa noche y del festival.
El Parc de la Mar fue un ir y venir de gente de todas las edades; jóvenes, mayores y hasta familias completas hijos incluidos. Pareciera que fueron muy pocos los que prefirieron perderse esta novedosa iniciativa musical gratuita en un lugar además emblemático. Salieron Dorian al escenario algo más tarde de la hora pactada y arrancaron los vítores y aplausos de seguidores y también de quienes no tanto, sabedores de que ese jaleo gratis era ideal para animar una noche palmesana de sábado.
La dinámica puesta en escena y el cantante Marc Gili certificaron las ganas de ofrecer un buen espectáculo. Eligieron «La isla» para empezar, siguiendo con un amplio recorrido a su discografía a menudo coreado por el público, más los esperables saltos en temas tan famosos como «A cualquier otra parte», «Paraísos artificiales» o «Noches blancas».
Caracterizados por su indie-pop-electrónico ligero y relajado, la ambientación del escenario era igualmente ambigua: excesos de humo puntuales, falta de luz frontal y oscuridad (quizá un recurso narrativo), más una extensa distancia entre los integrantes del grupo mermaron algo las posibilidades visuales del espectáculo. El amplísimo escenario facilitó que Gili pudiera moverse a sus anchas y ser visto de cerca desde casi cualquier punto de la gran explanada, pero también tuvo sus contras. ¿Alguien se dio cuenta de que el guitarrista estaba prácticamente escondido al final del escenario junto al batería?
Había ganas, pero hubo que esperar: «Tormenta de Arena», la canción que les lanzó a la fama hace trece años, sonó al final del concierto. Pero fue su último sencillo, «Energía rara», el tema elegido para cerrar una noche emocionante para acérrimos de la banda.
